La avellana francesa se recoge en el mes de septiembre y se consume como fruta de invierno.
La mayor parte de la cosecha francesa se comercializa con cáscara (para que la rompa el consumidor).
Pelada, se toma como aperitivo o para cocinar durante todo el año.
También se utiliza en polvo, triturada, en pastelería y confitería en diversas formas. De la avellana también se extrae un aceite muy apreciado por su sabor y su aroma tan finos.
La avellana francesa se distingue de la de otras procedencias por sus variedades con calibres grandes, sobre todo ENNIS, CORABEL y FERTILE DE COUTARD. Las variedades que producen frutos más pequeños, como SEGORBE y PAUETET se reservan a un consumo sin cáscara.
Muy apreciada por su aporte energético, la avellana es una fuente natural de fibra alimentaria y elementos minerales como el fósforo y el magnesio. Es rica en vitamina E, vitamina B1, B6, B9 y ácidos grasos insaturados. Es fuente de hierro y tiene escaso contenido de sodio.
Todas estas cualidades hacen que sea un fruto para consumir a lo largo de todo el día.
Energía | 661 Kcal | 2729 Kjoule |
Proteínas | 13 g |
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Carbohidratos, de los cuales azúcares simples |
9 g 6 g |
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Lípidos de los cuales saturados monoinsaturados poliinsaturados |
62 g 4,6 g 48,7 g 5,8 g |
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Colesterol | 0 mg |
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Fibras | 7,5 g |
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Sodio | 3 mg |
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Potasio | 600 mg |
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Magnesio | 160 mg | 43% ADR |
Fósforo | 310 mg | 44% ADR |
Calcio | 188 mg | 24% ADR |
Hierro | 3,7 mg | 26% ADR |
Vitamina B1 | 0,5 mg | 45% ADR |
Vitamina B6 | 0,57 mg | 41% ADR |
Vitamina B9 | 113 ug | 57% ADR |
Vitamina E | 25 mg | 208% ADR |