Miembros, asociados, socios, cooperativistas…
Bajo estos términos diferentes, los agricultores son en cierto modo «copropietarios» de la empresa al suscribir UN capital social que corresponde a sus actividades: entrega de productos agrícolas, compra de suministros, utilización de servicios.
Es un compromiso profesional voluntario, abierto a cualquier agricultor: a diferencia de otras empresas, la cooperativa no selecciona a sus miembros, por ejemplo, por un criterio de tamaño.
Así, ser cooperativista, es acceder a responsabilidades en la empresa común y participar en su evolución. Porque su gobernanza democrática « una persona, una voz» ofrece a todo el mundo la posibilidad de mostrarse siendo cooperativista sobre el terreno…hasta dirigir la empresa como administrador electo.
En una cooperativa, la dinámica de los empresarios solidarios es lo que reúne a las Personas.
Fuente : Coop de France